Un coach en TDAH acompaña a la persona a desarrollar habilidades prácticas para manejar los retos cotidianos asociados al trastorno. Su función incluye ayudar a establecer metas claras y realistas, crear rutinas y sistemas de organización, mejorar la gestión del tiempo, fortalecer habilidades de planificación y priorización, así como brindar estrategias para regular la atención y la impulsividad. Además, ofrece apoyo motivacional y seguimiento constante para que los avances se mantengan en el tiempo, siempre complementando —y nunca sustituyendo— el tratamiento clínico o terapéutico.

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